14.8.09

6 palabras como balas

Solo entrar al lugar me recordó las películas de tarantino, una casa completamente mexicanizada con los mariachis de fondo. Tierra seca, mariachis y nuestra respiración amplificada por el perico.

El silencio se rompió por el rincón mas lejanos de la madriguera temática, un tipo enorme de caminar pesado avanzo a nosotros con  la lentitud que solo la gente que vive cerca del mar puede desarrollar. Entre palabra y paso, la penumbra lo vomitaba mas y mas aciano, con ese resplandor en los ojos que solo los pecados otorgan como extra, disminuyendo el brillo entre cadáver y cadáver. los movimientos de su boca estuvieron siempre ocultos, un grueso mostacho cano no permitía ver si realmente bajo el bigote se encontraba su boca o una grabadora de bolsillo, si era un hombre disfrutando el fruto de la ilegalidad o un improbable robot. Una morsa antropomórfica en una película de tarantino o lo de siempre.

 

-       tienes lo que vinimos a buscar? -

 

mi piel estaba confabulada con mí médula en una sensación terrible, cada célula sabia que cualquier fricción, cualquier desacuerdo ideológico o químico podría gatillar problemas rojos y espesos, de esos que salen de la ropa solo con oxigenada. entre la morsa y nosotros el aire seco lanzaba chispas amarillas de potencial destrucción, como  las sonrisas falsas de los dominós alineados. Un rose seria el salto a la violencia

 

No, mal…. A la hiperviolencia.

 

Entre los cactus y los ajíes cerámicos,  apuntándonos los 3 a la cabeza con distintas armas. Todas cargadas y hermanas en la cantidad de daño que hacían al escupir plomo caliente, incluso en las agradables tardes de verano… incluso en las terrazas mexicanas de tarantino

 

El rojo y el verde, estruendo de pólvora y luego el silencio… el inmenso silencio solo roto por esa cinta magnetofonía con charros ya muertos cantando desde el infierno. Un hermoso tributo a la santa muerte.

 

Imagina como tomarías un pene mutilado sin dejar de ser masculino. Lo tomarías casi fuerza desmedida para no sentir que tu masculinidad se escapa pero con la delicadeza que solo el asco te permite. Un juego de sutiles mensajes a tu inconciente a través del tacto. El gran secreto entre nosotros y el mundo, el ultimo de los sentidos.

 

De la misma forma tomamos el paquete y nos largamos.

 

Así fue como empezó todo. Con la misma cantidad de plomo y droga encima, un prefacio de muerte mal copiado de una cinta de serie B. 

 
 
Copyright © Diario de Notas
Blogger Theme by BloggerThemes Design by Diovo.com